Haciendo un recorrido por la historia de las
reservas internacionales puedo llegar a la siguiente conclusión: en un contexto
económico caracterizado por alzas significativas en los precios del petróleo y
por restricciones impuestas por un riguroso régimen de administración de
divisas, Venezuela experimento entre Enero del 2003 y Enero del 2004 una
duplicación del nivel de reservas internacionales. Al mes de Abril del 2004 el
stock acumulado llego a ser de $ 23.634 millones. Un nivel sin precedentes en
la historia económica del país.
ANTECEDENTES
HISTÓRICOS:
Venezuela ha pasado por diferentes sistemas
cambiarios a lo largo de la historia. Al finalizar el año 1.957 las Reservas
Internacionales de Venezuela alcanzan a 1.396 millones de dólares. A partir de
1.958 se inicia un violento proceso de drenaje de las reservas provocado por
los capitales que se fugaban, atemorizados por los cambios que se estaban
gestando en el país.
Tal proceso se vio además estimulado por el
rumbo comunista que adoptó la revolución cubana y los temores de que la misma
pudiera extenderse a Venezuela. De esta forma, para 1.962 nuestras Reservas
Internacionales se habían ubicado en apenas 583 millones de dólares.
En un intento por frenar la salida de divisas,
el Gobierno Nacional crea en noviembre de 1.960, mediante Decreto N° 390, un
régimen de control de cambios. Ese control de cambios pretendía frenar la libre
remesa de fondos al exterior en aquellos casos en que no existiese una
contrapartida en bienes y servicios. De allí, que se autorizaba el suministro
de divisas al tipo de cambio controlado para todo tipo de pagos al exterior.
Tal concepción no arrojó los resultados que se esperaban. Por tales motivos,
durante los primeros meses de 1.961 se modificó nuevamente el régimen de
control de cambios, estableciendo mecanismos más severos de regulación.
En enero de 1964 se levantó el control de
cambios que había imperado desde 1.960 ya que se registraba una mejoría
significativa desde 1.962 en la Balanza de Pagos, y se formaliza la devaluación
del bolívar y la fijación de un tipo de cambio libre a razón de Bs. 4,50 por
dólar. El crecimiento económico venezolano era positivo y llegó a alcanzar los
7,8 % en 1.976.
Casi dos décadas más tarde, y la inflación se
incrementó y las exportaciones petroleras descendieron de 19,3 millardos de
dólares (1.981) a 13,5 millardos (1983). Finalmente, el 18 de febrero de 1983,
en una fecha que popularmente ha sido designada como el viernes negro, el
gobierno se vio obligado a reconocer que resultaba imposible hacerle frente a
los compromisos externos que vencerían ese año. En consecuencia, se vio
obligado a adoptar una decisión que hasta ese momento había intentado evitar a
toda costa: el control de cambios.
Al respecto, el Banco Central de
Venezuela informó:
"Después de diecinueve años con
un sistema de cambio fijo y libre convertibilidad del bolívar, que hacía de la
economía venezolana un caso singular en el sub-continente de América
Latina, el 20 de febrero de 1983 fue cerrado el mercado cambiario, al tiempo
que se inició, una semana después, un nuevo régimen regulatorio fundamentado en
un control de cambios".
De esta forma se implantó el Régimen
de Cambios Diferenciales (RECADI) a través del cual se privilegió la importación
de insumos con un tipo de cambio preferencial. RECADI constituía para la fecha
de su aprobación una modalidad de control cambiario que incluía dos tipos de
cambios con mercados
a paridad fija preferencial (Bs. 4,30 y Bs. 6,00 por US$ respectivamente) y un
mercado libre a paridad variable.
La gran mayoría de los insumos
requeridos por las industrias
se podrían seguir importando con dólares a 4,30. Con el tiempo, la brecha entre
el tipo de cambio preferencial y el tipo de cambio libre se fue haciendo cada
vez mayor. En la medida en que esto fue ocurriendo, RECADI llegó a
transformarse en una de las mayores fuentes
de corrupción
que ha conocido la historia de Venezuela.
Durante 1983, una vez instaurado el control
de cambios, la política
económica consistió en una combinación de crecimiento del gasto público en
desmedro de la fortaleza real de la moneda para evitar una mayor contracción de
la economía y preservar los niveles de empleo
(BCV 1983). De esta manera, las metas de control de la inflación y de
restauración de equilibro externo se remitieron a la imposición de medidas
administrativas de racionamiento de divisas y control de precios.
A finales de 1986, en virtud de una
caída de 47% en los ingresos petroleros, la tasa referencial pasó de Bs/US$
7,50 hasta Bs/US$ 14,50 y se trasladaron hacia esa cotización las importaciones
que anteriormente se transaban a la tasa de Bs/US$ 7,50. Los efectos de la
corrección del tipo de cambio en diciembre de 1.986 se expresaron en 1987 al
triplicarse la inflación. Luego la concurrencia de un déficit fiscal
de 7,8% del PIB
y de cuenta corriente equivalente a 9,1% del PIB, conjuntamente con la
ampliación del diferencial cambiario hasta 132%, permitieron anticipar un
colapso de balanza de pagos a finales de 1988 con el consecuente cambio de
régimen cambiario.
Este cambio se materializó en febrero
de 1989. Se aplica un programa
de ajuste con el poyo del FMI, el cual incluía un esquema de flotación del tipo
de cambio. Para el momento de entrar en vigencia el nuevo esquema cambiario, se
determina una paridad nominal del orden de Bs. 39,60/US$ que era exactamente la
paridad del mercado libre para el día que se eliminó el control de cambios - lo
cual implicaba una fuerte devaluación si se le compara con el tipo de cambio
preferencial que estaba vigente a través de RECADI, fijado en Bs. 14,50 por
dólar desde diciembre de 1986.
El nuevo esquema cambiario tuvo un
fuerte impacto en el nivel de precios, ya que al suprimirse el tipo de cambio
preferencial, todos los bienes tendrían que importarse al cambio vigente en el
mercado. Ello se tradujo, como es natural, en una aguda inflación de costos
en los inicios del programa de ajustes, además de una disminución drástica de
las importaciones y un aumento de las exportaciones, especialmente petroleras
ya que el conflicto
del Medio Oriente estaba en pleno apogeo.
Las Reservas Internacionales
aumentaron, pero con la intentona golpista del 4 de febrero de 1.992 se hizo
sentir una severa crisis
de confianza, lo que trajo consigo la salida de divisas, el dólar se disparó a
Bs. 68, por lo que el Banco Central tuvo que intervenir en el mercado de
divisas de una manera más activa, lo que se evidenció en una merma de las
Reservas Internacionales.
A partir de octubre de 1.992 se aplica
un sistema de mini devaluaciones, pero una nueva golpista en noviembre de ese
año logró la fuerte intervención del Banco Central de Venezuela en el mercado
cambiario. Entre 1.992 y 1.994 imperó ese sistema de mini devaluaciones,
acompañado de una recesión e inestabilidad económica en el año 1.993. En 1994
la crisis fiscal venezolana se acentuó. Bajó el precio
del petróleo
y la situación del sistema bancario desata la crisis financiera y la
intervención a varios bancos en el país. La tasa de inflación llegó a 9%
mensual.
La continua pérdida de reservas
internacionales durante junio de 1.994 motivó el cierre del mercado cambiario
entre el 27 de junio y el 9 de julio de ese año, una vez agotados los esfuerzos
por detener las salidas de capital en el contexto del esquema de mini
devaluaciones. Fue una medida de urgencia para ganar tiempo vista la
agudización de la crisis financiera y situación desfavorable de las
expectativas.
Se instrumentó un control de cambios
integral según el cual todas las transacciones, tanto corrientes como
financieras, estaban cubiertas por una tasa de cambio única a razón de 170
bolívares por dólar, lo que significó una devaluación de 23% respecto al tipo
de cambio promedio de mayo de 1994 y la asignación de las divisas quedó a cargo
de una junta donde participaban el BCV y el Gobierno Nacional.
No se contempló la posibilidad de un
mercado de cambios paralelo, aunque efectivamente un mercado negro absorbió las
distorsiones del mercado, que llegó a reflejar un diferencial de 92% en
noviembre de 1995 entre el cambio real y el declarado por el BCV.
Para muchos analistas, el control de
cambio no sirvió para mejorar la situación económica venezolana. En abril de
1996, entró en vigencia un esquema de flotación entre bandas. Antes de
implementar el sistema de bandas cambiarias en julio de 1.996, Venezuela tuvo
un momento de transición (abril – julio 1996), en el cual el bolívar flotó
libremente. El dólar saltó de bolívares 290 a 470 por dólar.
Hasta el 12 de febrero del 2002,
Venezuela mantuvo sus bandas cambiarias y el dólar se cotizó a 793 para la venta.
13 de febrero del 2002, entró en vigencia un esquema de flotación, el cual
produjo el cierre de la divisa estadounidense en 980 para la compra y 981 para
la venta, según el Banco Central de Venezuela.
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